Posteado por: don Gerardo de Suecia | 07 diciembre 2009

La gripe del cerdo (94)

Como todos los años hago un viaje a Estocolmo para perfeccionarme un poco con diversos programas. Tiene lugar en el Teatro de Skala (Skalateatern) Lo hice también este año. Era muy interesante. Todas las lecturas eran en inglés, de tres gurus o evangelistas que les se llamaban. Hablaban como ametralladoras así dándome una clase de inglés también.

La sala estaba casi llena de gente, pero había dos asientos libre (o sin personas), uno de ellos ocoupado para una persona qué vendría más tarde y el otro sitio lo tomaba yo. Con la mala suerte que suelo tener estaba sentado al lado de un hombre que mostraba su estimación demasiado alto. Y cuando lo hizo todos miraron a mi también que me hacía sentirme culpable de su comportamiento de alta voz.
Después de diez minutos vino una dona muy linda con rasgos asiáticos para ocupar el asiento al lado de mí. La miraba a veces para tener un poco experiencia de juventud y belleza.
De repente sonó un estornudo de la chica linda a la izquierda y en tono muy alto, como en soprano. Gente se reía y todos miraban a nosotros. Que hay tanta fuerza en una persona tan flaca era un misterio para mí.
Y pensaba, con tanta gente en la sala, con una chica que parecía tener la gripe del cerdo al lado y por la mañana yendo en el tren con tanta gente….
Y después de la pausa dejé la aula. Tomaba un café en la estacion central así salvándome de virus y bacterias. Pero nó, inmediatamente de que me hube sentado mi vecino con la cerveza y el bocadillo se puso a estornar, sonarse y toser, todo a mi dirección.
Díos mío, aquí también!
Después de un retiro a los bancos comunes en la estación creía que estaba en seguridad, pero no. A la derecha estaba sentada una señora con un perro en su regazo y corría ríos de moco que trataba de “rechupar” en su nariz muy ruidoso.
Entonces fui al andén para pasar los últimos minutos en Estocolmo en el aire fresco antes de que llegara mi tren.


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